De las cartas de escarcha
y los puertos blancos.
De la canción más triste,
de nuestros rastros brillantes de tormenta;
ya partieron de sus
ciudadanos en espora…
hacia nuevos
horizontes de melodías...
y los arcoíris comunicados en su bolso de los corazones;
de cada lágrima
locuaz en sus raíces cálidas.
La resurrección de un hombre
en la sed de vientos de sus cabellos.
Y los juegos insaciables de los consuelos,
y en alas medicinales
de las mariposas
reconciliadas con las estrellas.
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