Que dirán,
portadas de cafetería,
entre cigarrillos de
arcoíris
nuestra última tarde amiga;
del sueño ambulante,
sus cabellos de reflejos de luna.
Cantemos mi rey,
cada dedicatoria del
rocío,
con nudos de aliento.
Condenada orfebrería de besos lentos,
orientarnos a cada
destello de los detalles;
cada espera de nuestros ferrocarriles de plata.
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