De un ajedrez de sugerencias ilimitadas;
de los buenos chicos
que ponen un sueño en hora
por las calles de olas…
Ya no,
mis fieles tortugas…
no permitiremos que pase…
tinta sobre tinta,
de tableros
cantarines donde marchen;
de los estribillos de los tejados;
de nuestros lustres
exóticos sobre el paisaje…
de un compartir de patios
donde se nos clavó la
luz
en esas jugadas de cristal para su dama…
también donde rezan los pétalos
y afilan las alas…
de poemas que abren ventanales del alma;
la hiperactividad
tras un pueblo de abiertos caminos de mar…
de un plan B,
donde encuadernaron
sus días.
De cuales aparejos de la melodía,
cual acerca su mano
a las conquistas de los mañanas…
de los formularios de
los modales
que no desamparan,
gemido de gema,
la esperanza…
ir a buscarla con una indumentaria de cálidos brillos,
románticos despeinados,
pintados de un cómic que besa sus suelos….
Con un perfume con
los recursos del desenfado
y nuestra álgebra de reflejos de cisnes.