sábado, 29 de julio de 2017

Jugada por correo.

… de una partida de ajedrez por correo…

Entretejer un suspiro disecado en caballerías de lo abstracto,
el té en la ebullición de signos de mosca…
cristaliza el vacío de sus manos, en la sala de libélulas.

Una jugada con una simbología incontenible, de alto voltaje,
 con un nudo de lagunas de carretera…
de recuerdos de doradas olas, antes de las aves pescadoras…
los telares impecables para las heridas…
 colorearan las ventanas los besos
y los racimos de recompensas…
crisálidas de antojos tras las mirillas…
estaban de carnavales los tronos de montaña y,
en alas de las miniaturas, zumbabas gordo,
 la noche coreada de lumbres y aullidos locos…

Algunas jugadas nubladas por tapices de otoño;
las tortugas con violín
y algunos peinados descabellados…
por bosques de luces, los caballos del temperamento…
por la víscera, la catedral floral en negrita…
otra apertura de las pajareras  en azoteas amargas…
los observatorios de la ciudad y los tintes de las atmósferas.



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