miércoles, 19 de julio de 2017

Un café para una dama.

Cuando se parecen a ti,
y tienen un café en la luna para una dama,
y en el sol sus herramientas.
Su antídoto de savia blanca de un ying-yang,
y todo lo que os componen tras las ventanas de hielos frutales;
 con los aviones que calientan  la tripa.

A cada rescate de ramificados abalorios…
cada vez que os visitan las aves por su salón de las flores;
 cuando evocas nuestro tigre entre los tapices
con cada fogata tras el éxtasis negro de un libro…
cuando recorres sus tableros de ajedrez,
sobre un dromedario por los sueños…
 cada vez que buscamos las gemas que salen de sus ojos;
cada escapada a caballo por su pelo…
 entre los labradores de su sonrisa,
digo, descansarás.



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