Te quiero, como el
café quiere la compañía;
como la evocación a la lluvia,
como quiere el
cigarrillo su pausa.
Me deslumbra este
querer,
y encontrarte es encontrarme
cada vez que huyo de
mis fantasmas…
yo te habré escrito
después de mí mismo,
con el bolígrafo que
trae el primer pájaro
tras el diluvio de los sentimientos…
con esas palabras que
se van a un nido
con plumajes de mil colores.
Y quisiera condensar
mis mejores atardeceres
en una gota con que
perfumarte
y desmenuzarte todas
mis serpientes
en un juego de abalorios.
Saltar contigo y nuestros
gatos,
hacia un dialogo de cien vidas…
a otra ley de temperaturas marineras
entre tus venerables
manos,
con el tacto de mis
campos sobre un cóctel;
entre suspiros de olivos,
el bullicio de las
flores
que giran hacia la luz de tu estrella…
y las piruetas de
nuestros comodines de los sueños
que os traen por las
ciudades a grandes saltos,
hasta donde nos encontramos
para sonreírnos.
( Dedicado a mis
amigos, mi familia y mi princesa)
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