Unos sentimientos de desgranadas
geometrías…
desenvuelven las aulas
un horizonte con el colorcillo del amor…
premiadas mejillas;
otro arrobamiento de hélices
con explicaciones de
palabras larguísimas…
que de los potros que escaparon puertas adentro
por un bosque de pautas.
El resguardo que
tenemos
de esa ciudad de
ramas canela.
Una inspiración de
espadas blandas
bajo chispeantes ubres del cielo.
El nido verde
y las brumas del ombligo sobre el mundo;
otro arrebato de cañerías tras cerrojos de
avispa.
Los trapicheos de las golondrinas
tras la delgada línea
del tacto.
Que nos dicen reyes
de la taberna
de avanzadas
fortalezas de elefantes negros;
el ajedrez de esperas
disecadas;
el pájaro que paso como un disparo
y nuestros libros
camuflados en los leopardos.
Un silbido se repite para ser abismo
y otra estrategia para ser fauces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario