Multitudes saben…
decorados de una ola,
coloreados de un dialogo de castillos que
duelen;
escaramuzas de las
palabras blancas…
los rompeolas de un
amor verdaderamente melódico...
la tinta que
se recicla con la ardilla azul
del tacto;
voy a devolverlo
todo,
voy a confesármelo
mil veces antes de confesar…
…las voces cantarinas
y el alambique de las ausencias...
quiere la saliva
ahogar las heridas;
cicatrizar las llaves
que abren algunas inmensidades…
rezumar servicial el
rayo verde;
quiere nuestro cielo
escribir, lluvia sobre lluvia, cartografías de una crisálida de papel…
la frente tuvo su
cruz de navegantes sucios,
el telón de los
pensamientos que han luchado por escapar de sus agujeros…
la rebeldía de los
colores cuando las mejores inspiraciones siguen ocupadas.
Con el colgante de
alguna conclusión utópica;
muchas piernas de ilusión en nuestras
tormentas de zapatos…
los sudores lisérgicos de los amores…
los sentimientos que
sumamos a una luz trepadora por los jazmines.
Gaviotas de nombres
cómicos vienen a mi Dulcinea,
la de estrellas pescadoras.
Venga a mí la mañana de gorriones como dardos…
los dromedarios que
invitamos a nuestros circos de moscas.
Hacia ella vayan
todos mis carros dulces;
las alegrías como
brillantinas por las mejillas,
lo que dicen los
amigos de nuestras espadas blandas…
del calor de un nido
en el pecho,
saben los árboles de
la resistencia.
Misterios de ángeles,
cada vez que
escarbamos en su belleza;
en la balada ausente…
y el respiro del
cancionero en una ventana de caramelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario