A veces disfrazo
tabernas por las sendas de elefantes…
retengo el sabor,
la última promesa de la bahía;
o me dejo atropellar
por las canciones
y desarreglo
mercancías en vía muerta.
A veces, creo que
estoy a punto de sentir,
componer la vida en xilófonos verticales.
Hacer otro sitio en
la respiración;
para sus ferrocarriles del dragón,
para los andenes de
otros recuerdos.
De mi ajedrez azul a
su playa rosa,
haciendo escala de madrugada…
haciendo del vientre
tambor de luna,
para los palacios de los sueños en lucha;
rezumar en fragmentos de un paraíso de tinta;
también un mandamiento acompañado de serpentinas,
rescatado de toda la trova que se llevaron los
centauros….
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