…. Nos ilumina una blanca sonrisa inextinguible,
un anhelo de paisajismos de banderas…
Me sugiere su piel fluida
como susurros de fe;
invitando a sentir
como la superficie de
un café..
De las buenas ondas en las manos…
los estilos de un azul azucarado;
y la devoción de
nuestros crustáceos del trapecio;
toda la que merece,
en nuestras conversaciones en torno al piano.
De jolgorios de tucanes,
dicen de su corazón
en el papel…
contenido de letras
que encajan unas dentro de otras…
que fuimos polizones
entre la mercancía de
los sueños.
Unas chispas del
recuerdo,
unas motas de calor
en los espejos cósmicos….
Y esos ojos
donde se pusieron a
brillar nuestros inviernos….
Todos esos puertos de
latido inmaterial
que no hubiera podido alcanzar sin ti.
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