Abrir los sentidos como ventanas de escuela…
o caer al fondo de un
texto,
si no queremos cambiarnos;
únicamente por un despiste de panes…
empapado nuestro amor de canciones,
de sudores azules
y rellenados nuestros
rincones de tabaco.
Con el calor que define al corazón;
por qué sentirte tan mía si solo eres buena…
devoción de los
cultivos,
que mal os adivinaron los pájaros encantados.
Un reverdecer de
noches
en instantes de puertos indefinibles…
un rumbo de barcos por sombras de olivo
y un escondite en
relojes de trapo.
Se sonríen los perfumes
y las palabras buscan su aro,
en el papel de la Barbie de las estrellas.
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