El corazón,
todo de ella,
todo de ellos,
todo nuestro de veleros punzantes
y una guitarra
sembrada de caricias de mar….
Un punteo que nos
queme en los dedos…
rock para las riendas de las culebras
en nuestros charcos…
con una melodía de caprichos estratégicos
y un hotel de besos;
caribe que invade nuestras dosis de espejos…
los momentos
ajardinados
con nuestros cerrojos
blandos…
Esos lobos que esperan
en su verso de las cinco lunas,
su corazón y poesía ,
para polinizar las heridas,
en la resta azul de los días…
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