Juegan las enredaderas con el sueño-rey;
irradia amor el ojo derecho
y el mundo,
nuestra prevención…
Si no es el barrio,
los aromas de sus
cabellos revolucionarios
y no nos falta la
canela en las dos manos…
torrencial de rimas de orquídeas…
las jaurías se perdieron por los balcones
y el poeta es el profeta
de sus jardines…
con los lirios que nos bañan sobre las modas ,
el sabor de las
palabras sobre la lluvia…
suavidad de estudios,
vientos que sonrosan ilusiones de nata…
melodías de las
cartas de los almendros,
que persiguen a las muchachas-
el maridaje de nuestros puertos
con las luces tras sus ojos…
De lo más hondo de ese puñado,
donde nos encontramos el corazón cantando…
los negritos en pausas de cigarrillo y café ;
un baile- medicina,
La Habana infinita para su dama…
ajetreos con los
panales de miel en nuestras frentes…
estamos dedicados,
somos dos en medio
de los caleidoscopios de sombras cálidas;
meditación de naranjos.
Una lumbre corregida
en medio del
espectáculo
donde sonrieron las
estrellas en su palco.
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