De parches del trapecio,
la minúscula verbena de una pausa.
Se ponen los listones más altos
y deliran con su moda
de abismos…
Sonroja cada tropiezo a las maduras;
las reincidentes
calles de un calendario.
Digo a los caprichos
que no griten,
no sea que espanten a mis astros de pan…
Los arados que nos labran de relámpagos.
Los truenos que dan las gracias;
plantados con su vena amarilla,
no es nada…
por tierras furtivas.
El fondo de la copa que muerde a los caballos;
los juncos por las
heridas.
Tras otro acertijo
que invita al momento
siguiente,
con los amigos y la
mesita del café;
voy a dedicar a una dama,
jardinera de mis
sueños,
la frase con más colores…
No hay comentarios:
Publicar un comentario