sábado, 6 de mayo de 2017

Guindas.

Selenitas al gusto
y un rey acribillado de guindas;
sensibilidad en un tráfico de hormigas…
 Tabernas de la noche estrellada;
otra voz de desnudas vigas…
el café y el correo
 por ferrocarriles sin ley;
las gaviotas por sus labios de tormenta…
pescadoras por las ramas del mar;
 lo que nos ha dejado el sueño- dama
por los naipes de napias:

Nos queda un capricho,
como un velero viajando en una mariposa...

Nos queda un guiño del color inevitable…
nos quedan las calles en las piernas del rocío;
otra chispa para buscarla,
 cuando no quedan historias…
 quedan compañías
 por los malabares del vientre.
Nos quedan las sonrisas exuberantes
en maquillajes de hojas…


todo lo que acaban los fondos de tambores;
 los que han de continuarse
auscultando las arenas…
lo que nos da igual
y todo lo que nos ronda
en aviones melódicos.


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