… donde se perdieron los espejitos de la razón;
ambientes compartidos
que se buscan aviadores
por los bolsillos llenos de enjambres inquietos;
cielos que lloran
pan…
que os digan que
pasaran los fantasmas,
que andamos de paso,
o sobre nuestros
pasos;
con ruedas de dientes;
rumiando carteles
y babeando escaleras
de esencias…
Pero hoy tenemos
cuadernos que sonríen
espigas,
por los estudios de
flores gigantes…
los bosques dormidos
en un mar de besos…
y hay millones de
razones
para escarbar en una guitarra;
para buscarnos por el
doble fondo de un café…
los tíos de la noche
con las banderas de
los poemas no escritos;
las chicas con la luna en la lluvia,
con sus duendes de
hilo.
Los chuchos
que se fueron
tras mi brujita de
los caballos verdes…
esconder en su cruz las orejas,
los camaradas,
que sueñan sobre el humo del tabaco;
con las cordilleras amarillas,
con los graznidos de esqueléticos
pájaros.
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