Os pretenden las mañanas
de voces cantarinas
entre la ropa tendida…
Las rutinas,
con sus pequeñas
dificultades,
que buscan el equilibrio de lo sencillo…
los retornos por los
muelles, cada vez más grises…
las tertulias en los
barrios con olor a libros nuevos,
y esas colmenas que
se esconden por capricho…
los acompasados
colores de sus manos;
esos otros momentos,
que concedimos a nuestros momentos…
Esas uñas llenas de
recuerdos
en los cargueros que
pasaron por su vida;
nuestros pájaros por cualquier centímetro
cúbico de una libertad…
nuestras calles, por
torrentes de ojos diluidos…
puñados amigos, que
apuntalan los brillos;
nuestras escaleras hacia sus ventanas de
astros…
el poema desarmado
que nos entrega;
un encuentro,
tras cada puerta a un rincón,
más al fondo de
nuestro de nuestro fondo.
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