Esas madrugadas al
piano,
se alargaba,
inmensamente,
nuestro tren de los colores…
y esos silencios que
han quedado entre nosotros,
se han besado,
por parques azules…
Vayamos, por nuestros
andamios,
a escribir promesas en los vahos de los
recuerdos...
ven,
con zapatillas de
casa,
a nuestra escalada de paz…
a esas cúspides de todo lo que dejamos
marchar…
si toda meta es comienzo de un nuevo camino.
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