miércoles, 15 de noviembre de 2017

La ciudad que escuchaba al río.

…esa luna cantarina,
que jugaba a atravesar el aro;
mientras los chiquillos,
perseguían las lagartijas de los ojos de trigo…

 suspiraba el viento,
toro en rama,
sol en vientre;
y las guindas por los campanarios…
trinos verdes,
 los jilgueros,
 en torno a nuestra casa de los recuerdos.

Que dicen,
 las manos esparcidas por astros de bronce..
. de esas noches,
 manto bajo manto,
y los cultivadores del querer….
 De la ciudad,
que escucha al río,
 y los trovadores del puente en blanco y negro;
las chispas de nata que escapaban de las lavanderas.

De nudo en blusa,
docencia de los bosques
y colinas para un brebaje,
nuestras musas…
los atriles,
nutridos de lluvias y espumas de antojos….
Más fibra para la fibra,
parcheadas de rosales,
 nuestras cálidas mieles.


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