…esa luna cantarina,
que jugaba a
atravesar el aro;
mientras los
chiquillos,
perseguían las
lagartijas de los ojos de trigo…
suspiraba el viento,
toro en rama,
sol en vientre;
y las guindas por los
campanarios…
trinos verdes,
los jilgueros,
en torno a nuestra casa de los recuerdos.
Que dicen,
las manos esparcidas por astros de bronce..
. de esas noches,
manto bajo manto,
y los cultivadores
del querer….
De la ciudad,
que escucha al río,
y los trovadores del puente en blanco y negro;
las chispas de nata
que escapaban de las lavanderas.
De nudo en blusa,
docencia de los bosques
y colinas para un
brebaje,
nuestras musas…
los atriles,
nutridos de lluvias y
espumas de antojos….
Más fibra para la
fibra,
parcheadas de
rosales,
nuestras cálidas mieles.
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