Quise ser el eco de
esas calles,
que se prolongan más etéreas;
que pretenden más
verbena…
nada tienen mis
renglones,
si no se enlazan con
las líneas de sus manos…
nada mis días,
si no los escucho,
por las parcelas de
frambuesas de sus labios…
con las estaciones
del poeta entre sus cosas;
y esos puestos donde regalan la miel de mil
colores…
los versos libres corren
entre los árboles ,
que suspiran una luna ajardinada…
esa luna que tararea
a las nubes que
sonrosan sus mejillas;
las ilusiones que abonan las semillas del tacto
con las banderolas
del día,
y las olas de abrigo,
cada vez que sales a buscarla…
con los bolsillos llenos de las canciones más
soñadoras…
que restauren el
circo,
donde nos mezclan
paisajes sus dedos;
donde cada aullido es más pecho...
cada encuentro,
por donde
sonría la nieve ,
a la más bonita
lluvia pop…
y las gotas de alegría de sus ojos…
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