Siento hermano,
siento contigo…
el vértigo infinito
de este trigo…
siento que deslumbran
en sedosa negrura y plata, las noches…
extraviadas las
calles, por rondas de cuervos y farolas malditas…
siento que los
colores
esparcen nuestros
rostros
por los espejos de las cafeterías…
Dime de aquellos que
siempre regresan,
con cabellos libres y costuras de luz,
por los océanos rojos…
Siento aquellos que
os buscan,
con tiernos candiles,
por los almendros…
las flores por
rincones empachados de sol…
siento los nortes de
todas las manos,
que desempañan
lo que ha dejado la ebullición de las penas…
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