Lo más travieso de nuestro cariño
en cada descorchar de
unicornios
por las espumas…
sus corazones de horizontes
de ilimitadas sugerencias…
y decirte que
sumemos
todos los alientos dorados…
decirle a sus sombras,
que ya tienen el cuerpo…
de sus vidas
en las sabidurías de
cada paso….
De nuestros filos de naipe,
el marrón de los
pétalos.
En los patios
que tienen los reflejos
de los poemarios…
nuestras expresiones cálidas,
en tinta fosforescente;
en cuadernos de sol,
o en cuadernos de mar…
y las compañeras
con caudales de arcoíris,
en cada guiño
de ingrávidas catedrales
entre las devociones de nube…
y las aladas pasajeras del amor.
Y las luces que
adornan los lechos de bahías,
de los peces más profundos de la noche;
de cada sintonía donde rompen las voces,
con cada apertura de cielos.
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