sábado, 18 de febrero de 2017

El poema de la prisa.




Cuanto tras banderas mundanas;
 tras los vientos fuertes,
veleros en salsas.

De burbujas felices
entre el carmín de sus olas.
De nuestro juego de las dimensiones,
 crisálidas tras los coquetos
 espejos de los sentimientos,
 la palabra…

Las ciudades elevadas
en las espumas
por los jóvenes rompientes
 de las sonrisas.

Las calles,
 que tienen sus renglones,
en las estelas de los neones;
aladas bailarinas de la tarde,
 ante el fluir de los naipes de corazones.



Los símbolos de los rocíos,
entre nosotros,
 los millares de esencias
 que suspiraron sus jardines
 esperando al hombre…
con esos versos
que buscaron sus sentidos
 entre los bullicios

 de los paraísos negros.

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