También de una lágrima café,
de las playas
perdidas en los cajones
y desempañar las escaleras de cisne
que bajaron para
engranar Europa.
En las ciudades de docencias de golondrinas
con sus ventanas espumosas…
Los millares de luces que bailan,
de muelle en muelle;
los recuerdos por los
substratos de lluvia,
los compañeros por atmósferas que espesan…
acaso de esos cuentos
solo traen los
licores de las sombras…
acaso cada envite del
paisaje
donde enraizaron nuestros lapiceros.
Que los quiere sobrevolar,
con sus princesas en
una palabra mágica.
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