miércoles, 1 de febrero de 2017

Brindis a la mañana.

Puedes servirte otro chupito,
 un respiro del ardiente oleaje  del vacío
que de sentires abrume su más blando color
 de  millares de flores…
los ferrocarriles que ya pasaron por sus rosas.

 De nuestras manos labradas,
a sus abrigos,
 princesa de los polos rosas.
En los posos del reloj,
escribir sus nombres…
 brindar por cada mañana de espumosos barrios…
 nuestro corazón que tiene un beso plateado
y una ración de sombras del baile,
entre vahos celestes;
que marcha tras su fila de patitos pop

donde se quieren más las palabras.

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