Todo lo que te he buscado entre las sombras del latido;
en las raíces del
vuelo…
en cada chispa animada de la percepción.
Entre nuestras
paletas de esencias;
en las banderolas que despedían nuestros reinos.
Viajando por la canción de los pequeños mundos…
Por las ilusiones de nuestros portales en jaque.
De todo lo que nos han perseguido los ritmos de las calles
solidarias.
Los alientos de los
trovadores para una corona de soles…
Querían los vientres
del monte bajo sus mantos;
querían las ciudades de abrigo sus pétalos grandes.
De todas las tardes
que nos atravesaban,
saciadas de labios;
que nos reinventaban por los ademanes de los patios
interiores.
De todo lo que repiten sus ecos en cada puntuación de anises
de los borradores del sentimiento…
y la querían en sus sueños de astillero,
en su espuma de
anhelos.
Pero se ha parado mi reloj de los espíritus
y las estrellas melódicas te esperan de vuelta.
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