Tenemos el calor de un nido de palabras en tus manos…
nuestros compañeros por las atmósferas de esencias;
cosiendo parches de
cielo;
cultivando juveniles verbos,
en nuestra
indumentaria de agujeros de lluvia…
Andarán con sus sombreros de escarcha
los negros reinos,
a cada resaca los
pasos más lentos;
engranándose a cada trabajo
en esas sensaciones de melodía.
Irán por los suspiros de los rincones,
en algún fragmento de utopía;
el lustre de nuestros colores en una armonía de espejos.
Mujeres que recolectaron esas lágrimas
en sus cuencos místicos;
andarán nuestros sueños con suelas de enredadera;
con sus parpadeos
florales,
los mestizajes de la
piel de crestas del instante.
Las reuniones de nuestras paletas
en una rama dorada de
atardeceres.
Las luces del
recuerdo en los caleidoscopios del parque
y las simbologías de las periferias.
Los caballitos leales
que juegan
en exclamación botánica sus formas de espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario