Amarte desde la
primera letra del planeta;
hasta donde han
corrido las ciudades para encontrarte;
por los sentimientos más curiosos del cielo…
por los fotogramas de
tu vida en caricias de tambores;
en un homenaje de verbos de humedades verdes;
pasar el testigo,
como escriben las mesas,
hasta donde todo lo puedan las grandes manos
y haberte querido todo lo que permite la vida
quererte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario