Sembrada nuestra piel
de idiomas dormidos…
se cuentan los balcones entre los afilados
trinos:
cada bosque que es
delirio…
chupito de hada y
fresa…
que nos dicen nuestros estudios
tras los abalorios de los árboles azules.
Ser ya casi el
coronar de los peones
en nuestras pinturas
del horizonte;
lo que manifiestan
las atmósferas- fuente
de la digestión de
ambientes…
pudieran ser los
filos de la calle
absorbidos por los grillos;
el abrevadero de
nuestros caballos de ajedrez.
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