…calzaron en las
nubes, su alma colegial…
pon a bajo volumen las inspiraciones,
y que os atraviesen
ellas,
y esas calles que os sentían.
Del negocio que
pusieron en una herida
y una ebullición de
horizontes fabulosos
en los moldes del
tiempo.
Por todos los
compañeros que coloreaban las atmósferas,
mientras pasaban vuestras paginas los
ruiseñores…
cuando salen los
corazones de sus cascaras,
y tenemos la calidez
de cordilleras para acompañar la mesa…
cuando versan los trópicos en las mejillas
y nuestros vientos de
lobos azules,
para sus manos de molinos...
tan melódicos
destellos tras cortinajes de deseos…
y se nos desvela un
mar, salido de la estrategia…
cuando ella zarpa,
por otra fecha de campanas,
tras los caballos que
tiraron de las constelaciones.
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