Dirás de su amor de benévolos vaivenes,
los quilates de
sonrisa en las conversaciones frescas…
dirás de nuestra tinta de los jardines,
de los juegos que no nos caben en los sueños.
Cada tararear de las
canciones de los compañeros,
al componer su luna
de los caminos…
otra dulzura de los palacios mágicos en la ilusión de sus
ojos,
dirán pecho de sol y
al son de arrullos,
los reflejos del agua de los molinos…
dirán de cada parpadeo florecido en rama serena.
Nos dirá de otro beso,
el sabor de los puertos,
la solera de las
orillas inciertas…
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