Cada musicalidad de las puntuaciones por los colores de las
calles,
Las sensaciones pulidas de ambientes;
los reflejos filtrados de abrigos.
De tabernas navegando por aquella frase mágica;
en cada licor más profundo de desembarcos de un pueblo.
Un corazón de bocetos
esparcidos por cada isla de las atmósferas multiplicadas;
de los juegos de delicados ornamentos de los latidos.
Nuestros caballos que galoparon por los subconscientes de
llamaradas en rosa…
de las manos
compañeras,
de nuestros cajones por chimeneas de hadas.
Los destellos de los pétalos en nuestros jardines colgantes
de los cronómetros.
Los parpadeos de luna
con los tambores de las nuevas fases.
De los fondos puntillistas que absorben en vuelo las
mariposas en trance.
En lo que queda de
atrapar después,
encasillaron lo amable,
enraizaron sus alas.
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