domingo, 22 de mayo de 2016
Escribirla
Cuando ella no está,
me animo a escribirla,
desgranar los exaltados colores del sentimiento,
dejándome el alma,
cuando te busquen mis anhelos difuntos,
nos reencuentren nuestros firmamentos de frambuesa magnética
y comprendas cuan profundamente floreció este absurdo.
De cuanto bullicio dorado nadan tribus en tu belleza,
ultragemidos que desempañan las plumas tiernas,
arrullo donde desatamos el esqueleto.
Si creemos en un amor que aprieta los dientes
vendrás cobijo de paisajes de miel.
Los atardeceres festivos
con un loro alegre en el mástil,
pues han endulzado el cóctel,
en su mosto madurado en milenios
con una lágrima de su amparo.
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